El acto a cuya celebración ha contribuido Google fue creado tiempo atrás por el ‘Center for Community Change’, recibe el nombre de ‘Heroes on the Front Line Resistance’ (Héroes en la primera línea de la resistencia) y su propósito es ‘reconocer a las personas y organizaciones cuyo trabajo está logrando avances en la justicia social de nuestra sociedad’.
Entre estas personas que logran avances sociales figura, al parecer, Cecile Richards, quien dirige una multinacional que, además de perpetrar más abortos que cualquier otro centro estadounidense, comercia con los órganos de los bebés eliminados en el vientre de sus madres. Así, Richards, tal y como relata Infocatólica, ha recibido el galardón de ‘Champion in Community Activism’ (‘Campeón del Activismo Comunitario’).
Empero, no ha sido la CEO de Planned Parenthood la única pro-abortista honrada en esta gala que Google ha financiado. No en vano, el generoso donante del Partido Demócrata Tom Steyer ha sido obsequiado con el premio ‘Champion in Philantropic Leadership’ (‘Campeón en liderazgo filantrópico).
Para conocer mejor a Steyer cabe señalar que, en un momento en que el Partido Demócrata debatía su posición sobre el aborto, éste aseguró que sólo dotaría de ayudas económicas a un candidato firmemente proclive a las eufemísticamente denominadas ‘interrupciones voluntarias del embarazo’.

El supuesto escaso reconocimiento a Richards

De acuerdo con los organizadores de la gala, Richards ha sido agasajada con el ya mentado premio porque su trabajo es a menudo ‘subestimado’. No obstante, la realidad es que la CEO de Planned Parenthood ha sido frecuentemente elogiada en periódicos de cariz progresista, en revistas para mujeres, en blogs… De hecho, la han llegado a comparar con algunas de las superheroínas que aparecen en la gran pantalla y en los cómics.
Asimismo, los medios de comunicación generalistas se han afanado en silenciar los grandes escándalos en los que se ha visto envueltos la multinacional abortista que Richards dirige: venta de órganos de bebés destripados, sudemostrada disposición para encubrir el tráfico sexual (colabora con organizaciones dedicadas a esa abominable práctica) y su tolerancia con el abuso a menores de edad.
Todo ello sin mencionar los más de 300.000 abortos que Planned Parenthood practica cada año; abortos que, junto con los servicios anticonceptivos, suponen la principal fuente de ingresos de este ente que opera en distintos países.

Google, promotor del aborto y de la ideología de género

La trayectoria pro-abortista de Google es de sobra conocida. Entre sus políticas publicitarias, el gigante de Internet incluye la prohibición de anuncios que recen la evidencia de que ‘abortar es matar’ o que muestren la cruenta y bárbara realidad que el aborto constituye. Por el contrario, sí tolera esos anuncios que motejan el aborto de ‘derecho de una mujer a decidir’.
A este apoyo a la eliminación de fetos se le debe sumar la encarnizada defensa que Google hace de la ideología de género; encarnizada defensa que le lleva a despedir a aquellos trabajadores que cuestionen sus dogmas. Ahí está el caso de James Damore, que, tras publicar un manifiesto en el que se refería a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, fue despedido de modo fulminante.